martes

PRESENTARNOS ANTE DIOS COMO OBRERO APROBADO






“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré
Por donde quieras que fueres, y volveré a
Traerte a esta tierra, porque no te dejaré
Hasta que haya hecho lo que te he dicho.” Génesis 28:15



Que glorioso descanso es esperar en las promesas de Dios que son fieles y verdaderas, el saber que es Dios de pactos, que no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Dios en su misericordia, a través de los años ha hecho pactos benditos con el nombre y de los cuales también somos partes por medio de la preciosa sangre de su hijo Jesucristo, dándonos la visión cristiana y la revelación de sus propósitos. Es este el motivo por el cual nos proyectamos en la visión de reino y vida eterna.

Todo gran proyecto tiene que contar con un gran respaldo, y el único respaldo del ejercito de Dios es Él y su Espíritu Santo que nos guía a toda verdad y justicia, sin embargo, no basta que habite en nuestros corazones, nuestra preocupación debe ser el mantenerlo activo por medio de una relación personal con Dios y sumergidos en el conocimiento de su palabra y la oración de poder que nos lleva al contacto con su presencia.

Amados, Dios nos ha puesto en un lugar de honra confiándonos su mayor tesoro, su nación santa y su pueblo escogido. Debemos mantenernos en la mirada que Él nos ha dado para conducirnos a los lugares correctos, así como lo hizo con Jacob, a quien guió a la tierra donde lo bendeciría según su promesa.

Siervos amados, Dios nos revela cosas grandes y ocultas entregando en nuestras manos las arras de su espíritu para supervisar su grey conforme su voluntad. Moisés instruyo, inspiro y estimulo al pueblo de Israel de acuerdo a las enseñanzas de la palabra de Dios. Una iglesia puede transitar por los caminos del Señor solamente si es enseñada adecuadamente. El hombre que permanece en la visión que Dios le dio, antes de mover la iglesia afirma las huellas y traza el rumbo con el fundamento de su palabra, donde la iglesia encuentra descanso en su crecimiento. Como Lideres de este ejercito, debemos transmitir a otros las grandezas de Dios, como menciona Pablo en 1 corintios 11-23: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado”. En este verso entendemos que primero recibió, luego le dio a fin de que sea un hombre productivo y hábil en la conexión de recibir la revelación de la palabra y transmitirla a la congregación.

Amados, el crecimiento espiritual de la iglesia depende en gran parte de nosotros, debemos mantener en alto la autoridad que Dios nos ha dado y abrirnos pasos a través de los obstáculos que se nos presentan. Jehová le dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mi? Di a los hijos de Israel que marchen” (éxodo 14:15); entregándonos por medio de su mensaje la confirmación de autoridad y dones del espíritu para guiar al pueblo en todo tiempo. El hombre que cree a las promesas de Dios no deja que sus derrotas y dudas personales lo hagan rechazar la provisión que Dios le ha dado.

Siervos de Dios, es tiempo que levante sus manos en señal de victoria y confíe en las promesas del Señor, que será Él quien hará camino donde no lo hay, será Dios quien proveerá el agua refrescante para el rebaño en medio del desierto y le tomara para que ejecute su autoridad mediante la fe y humildad que traen consigo el gran pacto de bendición para el pueblo de Dios.
No se detenga, Dios es fiel. Hagamos nuestro este versículo y procuremos con diligencia presentarse a Dios como obrero aprobado que no tiene de que avergonzarse y que usa bien la palabra de verdad.

Les bendigo con la unción que Dios me ha dado.
En el glorioso nombre de Jesús.

Pastora Luisa González

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